miércoles, 4 de enero de 2017

Educando espero el futuro que yo quiero

Perdón por mi larga ausencia, estaba esperando a que Alcácer marcara para volver a escribir. Nah, es broma (🌚), el caso es que me gusta escribir sin pelos en la lengua, pero he tenido una etapa de mucho lingus in the cunni y así no hay ni tiempo, ni energía, ni sequedad, ni nada de nada. Hablando de tiempo, este tiempo está asqueroso; con solo salir a la calle ya se me compactan los testículos y suspiro mendigando un té calentito con miel y limón. Así no se puede vivir, Y MENOS HATEAR, función básica y natural del ser humano.

Tiempo. 60 segundos tiene un minuto, y 60 de estos últimos provocan una hora. 24 horas provocan un día, y una semana está compuesta por siete días. Muy bien, hasta aquí, a menos que seáis DIVERgentes artísticos, todo claro. El tiempo es muy valioso en la sociedad de hoy en día. Estamos p'arriba y p'abajo todo el santo día. Somos ciudadanos móviles en  un mundo globalizado, el transporte es fundamental en nuestra vida, sea público, privado o provoque una cúpula para cagarse y no verlo a un metro de distancia (os amo, capitalinos). Tanto transporte, tanto moving, tanto tunning, para conseguir un sueldo a fin de mes y darte una buena vida a ti, y a tus chamaquitos, right?



Chamacos que el día de mañana esperamos a que estén igual de preparados que sus padres para no ser los peces pequeños en la fábula capitalista. En ocasiones, me pregunto si piensan en cómo llegaron sus padres al nivel socio-cultural que se encuentran ahora o están muy ocupados pasándose vidas por el Mandy Rush. Me preocupan alarmantemente las generaciones que están saliendo de los institutos y escuelas por toda Europa. Niños poco comprometidos, que se guían por la ley del mínimo esfuerzo, cuyo objetivo no es otro que el de aprobar, y al mínimo problema que se enfrentan, caos. Caos del cual se benefician los papis ocupados/preocupados y los medios de comunicación que se preocupan por que haya una sociedad pensante y crítica con las bases del Estado y el rumbo generacional, y tal, y cual, y eso...

Sí, me atrevo a hablar de RUMBO GENERACIONAL. ¿A dónde nos estamos dirigiendo con los niños que el día de mañana (cuando coticen por primera vez a los 27) nos pagarán las pensiones pero ahora se quejan de la "gran cantidad de deberes que les ponen"? ALARMANTE. PREOCUPANTE. GRAVE. URGENTE. OJO AL DATO: 6 horas semanales dedican a la semana los nenes para hacer SUS tareas, lo que, teniendo en cuenta que viernes y sábado tocar el boli es de kirikis, viene a ser ¡una hora y 15 minutos al día aproximadamente! Según la sensata Organización Mundial de la Salud, los deberes se traducen en estrés y que este "se caracteriza por un incremento de comportamientos que ponen en riesgo la salud, más frecuentes problemas de salud (dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor de espalda y mareos) y síntomas psicológicos, como sentirse triste, tenso o nervioso".

Claro, si te estresa, no lo hagas. Camareros de discotecas, mineros, administrativos, contables, diputados (bueno, vosotros quedaros para fichar turno), árbitros, CUALQUIER CONTRIBUYENTE DE LA TGSS, dejad vuestros trabajos si os estresan. No os estamos malcriando, pero si os producen nervios y dolores corporales, abandonadlos. Ya alguien lo hará por vosotros...

También fomenta la diferencia entre alumnos ricos y pobres, los cuales tienen más dificultades para hacerlos. Si empezamos a hablar de elementos sociales que fomenten la desigualdad, nos tiramos un siglo, pero ya que los pobres, educadores sociales aparte, tienen más dificultades, recortémoslos, o directamente, ¡SUPRIMÁMOSLOS! ¡HUELGA DE DEBERES! ¡VACACIONES A LA ENSEÑANZA DE LA DISCIPLINA!

Tanta paja y Prodigiosa Ladybug que no tengo media hora para cultivar mis conocimientos. ¡Cago en la mar salá!
Hay innumerables centros sociales para ayudar a los chiquillos si no pueden hacerlos por ellos mismos (little fish), pero siempre tiene que llegar el papi listo de turno que diga "yo no tengo tiempo para ayudarle con los deberes" o "apenas pueden salir a la calle".
  1. El breikindans. 
  2. Los deberes están hechos para fortalecer lo aprendido en clase y repasarlo. Que no atiendan en la mayoría de caso, o no se enteren en clases de 25 personas, es otra cosa, majete (y magenta 😚).
  3. Si un niño le dedica una hora y cuarto a los deberes cada día, y una tarde dura alrededor de tres horas desde que salen... ¿tanto le dura la paja que no le da tiempo a bajarse a los columpios a jugar un rato? Nah, úntale el bocata con Nocilla y déjalo con la tablet a pasar el rato, guapi.
  4. El robocop.
Tras demostrar mis amplios conocimientos de música 2008, pongo cara de pensador marxista y recuerdo el dicho japonés "Sin presión no hay éxito". Y, en parte, tienen razón. A los nenes hay que darles caña. No mucha, que se rebotan, pero si les mandas 37 multiplicaciones matemáticas, que las hagan, porque la vida no es un campo de rosas, ni te lo dan todo masticado, ni siquiera te dan segundas oportunidades cual juego de Facebook. Si no les enseñas desde pequeños a luchar por lo que amen con garra y ambición, jamás lograrás una sociedad fuerte, de provecho, luchadora y valiosamente productiva, y te quedarás con un ejército de Peter Panes conformistas.

Me río yo del "Pero si en Finlandia hacen tres horas semanales, y miren cómo van" del naranjo eurocatañol. Cuando aprendamos a compararnos relativamente con los demás, llegaremos a comprender que los factores de Heikki en Helsinki, no son los mismos que los de Enrique en Puertollano. Si hablamos de "los deberes provocan desigualdades", hablemos a escala internacional, ¿no?

La educación está compuesta de tres niveles: la básica de casa, la académica y la experiencia, y si el problema reside en que estamos en una sociedad móvil, non-stop y no estamos tan atentos a los nenes de peques, no le echemos la culpa al profesor porque su niño se estrese con 37 multiplicaciones. ¡Fantástico! Queremos ser emprendedores, pioneros, I+D+I, millones de ingenieros, Marca España, país de primera línea, referencia científica, su puta madre, startups, visión empresarial y todos esos dulces y amables términos que se quedan en cenizas por malcriar y mimar en exceso a los pequeños. Si vuestro hijo quiere ser influencer, y no está permitido legalmente el maltrato infantil, pues apóyalo, pero si de verdad queremos ser competitivos, éste no es el camino.

Sigamos consintiéndoles, adelante, no hagáis nada, que otro niño en el mundo lo hará por ti. Si luego "el otro" te quita el puesto, no te rebotes, es la competencia globalizada, champion. Aunque siempre te quedarán Abascal, los muros great again y las tertulias del bar para quejarte... Ah, y ForoCoches, cuñado. 😘

Si tienes una tía cercana que ha criado a ocho niños ella sola, y la mayoría son económicamente autosuficientes, y es un ejemplo de superación y bla bla car, no me importa tu vida. Los casos excepcionales te los guardas para la cena de Reyes, yo hablo a nivel global, como lo hace la prensa generalista. Si te quejas de mí, quéjate de los grandes también. Si no te quejas porque te ha gustado o te da pereza comentar, puedes seguirme sin ningún problema en mi cuenta de Twitter.

No hay comentarios:

Publicar un comentario