miércoles, 4 de enero de 2017

Educando espero el futuro que yo quiero

Perdón por mi larga ausencia, estaba esperando a que Alcácer marcara para volver a escribir. Nah, es broma (🌚), el caso es que me gusta escribir sin pelos en la lengua, pero he tenido una etapa de mucho lingus in the cunni y así no hay ni tiempo, ni energía, ni sequedad, ni nada de nada. Hablando de tiempo, este tiempo está asqueroso; con solo salir a la calle ya se me compactan los testículos y suspiro mendigando un té calentito con miel y limón. Así no se puede vivir, Y MENOS HATEAR, función básica y natural del ser humano.

Tiempo. 60 segundos tiene un minuto, y 60 de estos últimos provocan una hora. 24 horas provocan un día, y una semana está compuesta por siete días. Muy bien, hasta aquí, a menos que seáis DIVERgentes artísticos, todo claro. El tiempo es muy valioso en la sociedad de hoy en día. Estamos p'arriba y p'abajo todo el santo día. Somos ciudadanos móviles en  un mundo globalizado, el transporte es fundamental en nuestra vida, sea público, privado o provoque una cúpula para cagarse y no verlo a un metro de distancia (os amo, capitalinos). Tanto transporte, tanto moving, tanto tunning, para conseguir un sueldo a fin de mes y darte una buena vida a ti, y a tus chamaquitos, right?