domingo, 25 de septiembre de 2016

Mamasita y mujer, misma m NO es

A mis queridos Dimimaníacos (es decir, mi madre y algún tailandés hater de Instagram) me gustaría tranquilizaros por no haber escrito en más de un mes. Escuché "La Bicicleta" sin querer por error y empecé a segregar bilis hater y me puse malito. Eso, y ver que los niñatos en Alicante van sin camiseta con sus BMX por la calle, cual videoclip de Danny Romero, me hicieron coger un avión e irme al país más chungo de la UE, Bulgaria.

Sí, amigos, fuga de cerebros, pero afortunadamente (o desgraciadamente, para el 90% de la población española que no me soporta) volví. Tengo mucho hate y pelo en las piernas para ser aceptado en la sociedad búlgara. Me pregunto en mis horas libres cómo se imagina el occidental de a pie la sociedad en Europa del Este, si somos yugonostálgicos, comemos falafel o somos tan "open-minded" como en España.


Yo que soy mucho de mirar los comentarios en Youtube, mientras escuchaba esta canción culto al vodka y al éxtasis en forma de rayas, leí en un comentario de algún keyboard warrior "que así era como se trataba a las mujeres en la Europa retrasada". Yo, que soy muy políticamente correcto cuando me sale del prepucio, respondí que gracias a la URSS, el sufragio femenino se otorgó en todos los países medianamente razonables, siendo el último, en 1994, el país en el que las ninjas del Sahara lapidan a las mujeres por llevar shorts en un país que no es suyo (aunque ya sabemos que Francia nacionaliza a todo quisqui, por lo tanto, será suyo en unos años).

Pero como hay una cosa que se llama inquietud (hola compañeros de Periodismo (sí, estudio Periodismo, porque la dignidad no me daba para Turismo)), me pregunté cómo se trata a las mujeres en el resto del mundo, cómo evolucionan sus derechos, y directamente, qué es ser mujer hoy en día.

No me pretendo comparar con el trabajo sobre este tema que han hecho grandes mujeres como Simone de Beauvoir, Clara Campoamor, Emily Davison o, aunque a muchos no os guste, Evita Perón. Esos nombres son la punta del iceberg de años de lucha, lucha que se remonta desde los inicios de la Prehistoria, cuando el hombre se iba de caza, y la mujer se quedaba en el ámbito doméstico, génesis de la desigualdad. Sin embargo, cuando parecía que tanto trabajo estaba dando sus frutos, nuestra generación, que es muy conformista, no recoge los frutos y éstos caen podridos (y en este caso, sin jornaleros temporales que los pueda recoger).

¿Reivindicar y perrear son sinónimos? Sí, y me gustaría empezar por la música, ya que lo simple entra más fácil (motivo del éxito de Torbe). Si tenéis un ratito entre ver la vida de los demás por Instagram y poneros el filtro del perrito por Snapchat, echad un vistazo a este maravilloso artículo de RT. Nos quejamos de la violencia machista, "llama al 016", campañas de concienciación, respeto y tolerancia, muy bien, ¿pero realmente luchamos contra eso?

Vivo en España, país hervidero de culturas, latinas, chinas, árabes, eslavas, mediterráneas, indias... Al ser tan "multiculturales" (qué chachi suena, ¿a que sí?), nos llegan flujos de culturas intolerantes y machistas. Menos mal que la música árabe no triunfa tanto y su letra no se entiende, pero cojamos rumbo a nuestra querida Latinoamérica, donde la tasa de feminicidios está al nivel de la tasa de abandono escolar de niños pobres en España. Concretamente, como todos hemos adivinado, estoy hablando de un género concreto de la música latina, el reggaetón.

En España por escuchar Papote Malote, no somos menos machistas que en Finlandia o Eslovenia, pero sí es un elemento más sumado a la desigualdad que sufren las mujeres. Tristemente, la forma en que es conquistada la mujer de esta música es con un lenguaje cuya única finalidad es dirigirla a la cama y hacer sonar los muelles. No le culpo, plasma una realidad con una melodía bailabre. Pero eso, a largo plazo, hace que las chiquillas de hoy en día consientan cosas que no deberían consentir. Que tu novio te espíe las conversaciones, que puta sea el insulto más usado en los institutos (no me olvido de "maricón") o las llamen calientapollas por llevar "la falda demasiado corta".

Muy muy triste la educación que se nos imparte desde pequeños en la que las chicas deben ser unas princesas, cuidar, ser amables y educadas para tener éxito, y los chicos debemos ser fuertes, robustos, varoniles... y ah, a no llorar. Precioso el anuncio de P&G para las Olimpiadas en el que Fairy (elemento doméstico) apoya a las madres, y Gillette apoya a los hombres. ¿Acaso los hombres no limpiamos los platos? ¿Acaso las mujeres no os afeitáis ciertas partes?

Ellas usan Gillette también. ¡Olé sus coños!

Mujeres y hombres, madres y padres... ¿Os suena el término "conciliacion laboral y familiar"? Las mujeres tienen más tiempo tras parir y los hombres menos. Jurídicamente ya estamos creando la desigualdad, ya estamos condicionando a que debe ser la mujer quien deba cuidar al bebé y no el padre. ¿Acaso no podemos cambiar un pañal los hombres o simplemente estar con nuestra esposa en esos bonitos momentos? Nuestras diferencias biológicas se solidifican en leyes. Genial.

Desigualdades sí, las hay, y en abundancia, pero no nos colemos. La ortografía no es machista. Guste o no, el masculino se puede referir tanto a chicos como chicas. Sí, y ojalá hubiera una fórmula neutra, pero así es el castellano, y muchas más lenguas, "señoras y señores". Machista es pensar que la ortografía es machista. "Chicxs", "novi@s", "algun@s". Muy bien, usemos la ortografía para plasmar y demostrar nuestra desigualdad de hemisferios en el cerebro. Es como si no pudiéramos llamar "negro" a una persona de raza negra. Entonces es "una persona de color". ¿De qué color? ¿Verde?

Y claro, en cualquier lucha, aparecen los oportunistas de turno. Hoy en día es muy fácil tachar a alguien de "machista", y eso es culpa de la manipulación de los medios ejercida mediante el tema de la violencia de género. Hasta 2006, nuestro querido Ministerio del Interior anotaba el número de hombres y mujeres asesinados por violencia de género. 12 hombres frente a 54 mujeres, 1 hombre por cada 4.5 mujeres. Pero, de repente, se dejó de contabilizar a los hombres asesinados. ¿Los de nuestro Ministerio eran de letras y no sabían contar, o interesaba enfocar la violencia de género únicamente de hombres a mujeres? ¿Qué consigue la sociedad cuando la mujer es la única víctima? Reflexionad.

Los políticos (con su consiguiente imitación por parte de la ciudadanía) también son oportunistas. Usar el masculino y femenino cuando se refieren a un colectivo es cansino, y muy pedante. Pero lo que realmente es pedante es intentar quitar "de los Diputados" a "Congreso de los Diputados", porque en el congreso haya diputadas también. Marchando clase de ortografía ahí. La sociedad tiende a resolver los problemas discriminando positivamente a las personas reprimidas durante mucho tiempo (véase el caso de la homosexualidad en 2005).

Nunca ha habido generación que tuviera tantos medios, mecanismos y lucha avanzada en este problema, pero como dije al inicio: estamos retrocediendo sin darnos cuenta en esta batalla. De nuestra generación depende que el día de mañana, tengamos niño o niña, cobren lo mismo, tengan mismos días de conciliación trabajo-familia, paguen lo mismo para su seguro de coche y la sociedad los valore en igualdad de condiciones.

Es muy triste ver cómo las mujeres lo tenéis más duro en muchos aspectos de la vida, que hay un machismo estructural en nuestra sociedad, que tenéis desventaja en las entrevistas de trabajo por un simple hecho biológico, o que en ciertas culturas (miembros de las cuales están en España y no se adaptan) no os aceptan y os rebajan a un mero "complemento del hombre".

Un no de una mujer vale lo mismo que un no masculino. Que la fuerza corporal del otro no determine la veracidad del "no" vuestro. ¿Por qué se producen violaciones a féminas en las fiestas de un municipio? ¿Por qué quedan impunes actos como el que un hombre mire en el metro como un trozo de carne a una mujer? ¿Por qué se repiten día tras día y no actuamos? Y me vale el argumento para el caso contrario. No hay que permitir esos actos, tenemos que aprender tanto hombres y mujeres a que, para lograr esa tan ansiada igualdad, debemos de respetarnos y tener los mismos derechos, que las discriminaciones positivas no son la solución.

La lucha conjunta es la única solución, aprender desde pequeños NIÑOS y NIÑAS que lo que puede hacer un hombre, lo puede hacer una mujer, y viceversa (obvias quedan las diferencias biológicas, ¿no?). La lucha ha de ser real, no quedarnos en el 016, indagar en el tema, luchar 24 horas al día, 7 días a la semana para un asunto necesario y que lo merece. Aprender que la mujer no es una puta por ir en shorts, y el hombre un maricón por llorar. Los tiempos cambian, señor Pérez-Reverte. Cambian, evolucionan y se desarrollan, pero sin dejar atrás la respuesta a la pregunta de qué es ser una mujer: Simple, es ser una persona, igual que el hombre. Una persona que lucha por la igualdad y la justicia. Que nuestras barreras mentales no lo olviden.

Si te has quedado con ganas de reprocharme algo o decirme que te corres con mis palabras, puedes seguirme en Twitter. Saludos y gracias por no generalizar, querida gentuza. 😉

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