domingo, 25 de septiembre de 2016

Mamasita y mujer, misma m NO es

A mis queridos Dimimaníacos (es decir, mi madre y algún tailandés hater de Instagram) me gustaría tranquilizaros por no haber escrito en más de un mes. Escuché "La Bicicleta" sin querer por error y empecé a segregar bilis hater y me puse malito. Eso, y ver que los niñatos en Alicante van sin camiseta con sus BMX por la calle, cual videoclip de Danny Romero, me hicieron coger un avión e irme al país más chungo de la UE, Bulgaria.

Sí, amigos, fuga de cerebros, pero afortunadamente (o desgraciadamente, para el 90% de la población española que no me soporta) volví. Tengo mucho hate y pelo en las piernas para ser aceptado en la sociedad búlgara. Me pregunto en mis horas libres cómo se imagina el occidental de a pie la sociedad en Europa del Este, si somos yugonostálgicos, comemos falafel o somos tan "open-minded" como en España.

viernes, 22 de julio de 2016

Feel the sense

Dejaos ya el Pokémon Go! y atended, tengo un Squirtel escondido en este blog. Si os acabáis el post, puede que lo encontréis. Si no, os habréis culturizado un poco y perdido un poco de vuestro apretado tiempo veraniego.


martes, 14 de junio de 2016

J'adore l'amour

Muy sorprendido que mi blog haya llegado hasta Estados Unidos, Bulgaria, Irlanda y Polonia. Muy sorprendido, de verdad. Gracias a todos. 😉

Mientras estoy en el baño y leo las instrucciones de mi champú de cebolla (existen), me pongo a reflexionar. Es lo que pasa cuando tienes sentido crítico y todas esas cosas que nos intentan fomentar en la escuela, pero que na nai. Anteayer pensé sobre cómo el mundo es un mercado. Sí, quiero decir, los futbolistas, por ejemplo, se compran y se venden por sus dotes y cualidades en el mercado de fútbol. Los humanos también. Yo estoy en el escaparate puesto en busca de alguna persona fan de Eurovision y que cante conmigo Diva de Dana International (no es coña, interesad@s contactadme), de ahí que publique tanta tontería en Twitter. Pues bien, todos estamos en un escaparate, todos buscamos algo, pero ¿cómo nos vendemos?

sábado, 11 de junio de 2016

Alacant, ciutat de diversions, digui?

Tras tragarme innumerables videotutoriales chilenos sobre cómo sacarle el máximo beneficio a mi blog (por cierto, muchas gracias amigo chileno Salvador), voy a escribir un rato para ver si me distraigo con este calor que me impide salir a la calle. En Alicante a estas horas (de 8:00 a 17:00, salir es un infierno), lo más productivo que se puede hacer es pegarse el ventilador al pecho y cagarse en el cambio climático, en ese bangladeshita que tiene 8 hijos listos para ser mano de obra de Amancio, desear haber nacido en Finlandia (¡Paraíso sombrío!) y tener solo 8 horas solares al día, y en las magdalenas plastificadas dentro de otro plástico. Sociedad de consumo.

Te esperamos, pero tráete un poco de frío, anda.

Pero bueno, no estamos aquí para maldecir el verano mediterráneo. Bueno, sí... Un poco. ¿Qué coño? ¡Mucho! El verano aquí es una mierda. Pero no mierda de "oh, no puedo dormir con este calor y me dedico a comer helados por las noches que luego quemo en el gym". Noooo, ni mucho menos. Ojalá. Es un mierda de "como me vuelva a sudar la espalda y se me pegue la ropa otra vez a ella, voy a casa de Ortiz y le amenazo a punta de navaja oxidada para que me construya una urbanización con piscina, un matrimonio filipino de internos y una cama hecha de cubitos de hielo (como la que se hizo Pocholo en Ibiza con los cubitos de todos sus calimochos en una noche. Fiessshtttaaaaa!!).